Ayatolah

Blog flamenco, para flamencos

miércoles, octubre 18, 2006

Homenaje a Fernando Montoro

Lo que paso ayer en Madrid fue inolvidable, para mí, por muchos motivos.

Nos reuníamos en justo y necesario homenaje a nuestro amigo Fernando y con todo el corazón deseaba que el espectáculo estuviera a la altura de nuestro amigo y gracias a Dios ayudado un poquito por Elvira, Fernanda, Carrión, El Mami. Etc. todo salió a pedir de boca.

Posiblemente este sea el espectáculo flamenco más importante que se ha producido en Madrid en los últimos años. El impresionante cartel, la calidad artística que pudimos degustar, la aptitud de un público respetuoso y en una gran proporción conocedor de lo que allí estaba pasando hizo, amén de detalles como volver a degustar el cante de nuestro Fernando o asistir a la que ha podido ser una de las últimas apariciones en público de Bernarda de Utrera, que la noche no fuera apta para el olvido.

Abrió el recital una inédita grabación de Fernando Montoro cantando por soleá, su baluarte. La forma magistral con la que Fernando maneja lo trágico no puede dejar indiferente. Su cante es verdad revelada. No hay trampa, no hay cartón. Con sus interpretaciones Fernando nos demuestra que el flamenco no está creado para la mera distracción del espectador. Él pretende y consigue hacer que el espectador participe de forma activa de los sentimientos que evoca con su cante. No son sonidos lo que el lanza al aire son andanadas de puñaladas que buscan herirte y hacerte partícipe en primera persona del arte que allí se está gestando. Flamenco en estado puro. Comunicación y comunión con el arte.

Le siguió Rubito hijo, el primer morisco que de los tres que íbamos a escuchar esa noche. Abrió por seguirillas en lo que para mí fue una declaración de intenciones de lo que nos esperaba en la velada. Su interpretación fue correctísima y aunque todos sabemos que este cantaor está hecho desde hace tiempo